El diseño no escapa a la carga textual que un objeto dentro de su quehacer contenga. Otorgándole la relevancia que posee, un texto cumple una función primordial a nivel semántico, pragmático y sintáctico dentro del diseño. El diseñador acercándose a su esencia profesional, debe trabajar de la mano con esto preguntándose siempre el “para quién”, “para qué” y “cómo” de su diseño tomando al texto como parte fundamental dentro de su quehacer.
Leyendo a Vilches establece que el texto es “un todo discursivo coherente por medio del cual se llevan a cabo estructuras de comunicación” en base a 3 componentes para entenderlo: el autor, el texto mismo y el lector donde este último plasma el texto (que se vuelve recepción activa) y le da forma en base a sus propias reglas de configuración haciéndolo presente.
El texto requiere hacerse actual, traerlo al presente y el lector se convierte en autor, donde lee, significa, interpreta, imagina y entiende en base a su cognición por experiencia y código. De la misma manera, cada uno se apropia del texto o imagen codificándolo de acuerdo a lo que ve, empleando un recorrido perceptual y un significado individual, donde cada cabeza es un filtro y la cognición no es total.
El momento de la interpretación y la apropiación de significado se da en distintos ámbitos temporales y contextuales; cada cartel va a ser visto en distintos puntos, bajo distintas circunstancias y distintos niveles de interpretación de acuerdo al lector. Y aquí es donde la imagen da pistas para la interpretación.
martes, 12 de febrero de 2008
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